LA ROMERÍA DE SAN BENITO es la cita anual que articula la
tradicional conexión entre los ganaderos y el resto de la sociedad lagunera e
insular. Esta romería ha logrado mantener los estrechos vínculos entre
ganaderos y sociedad a pesar de las tensiones que se desarrollan en un
territorio que se hace pequeño por momentos, ante la presión de la población
por los usos del suelo. No hace falta recordarle a nadie las continuas
tensiones entre el suelo rústico y el urbano, especialmente evidente en el
entorno del municipio lagunero. Esa tensión se ha podido constatar en las
numerosas denuncias a ganaderos por las presuntas molestias que las
urbanizaciones reciben por la cercanía de sus instalaciones, que -por supuesto-
estaban allí antes de que se construyeran las viviendas. Denuncias que,
afortunadamente, hoy son más pretérito que presente.
En los últimos años, las mencionadas tensiones han
disminuido significativamente y ambos usos del suelo coexisten más o menos en
armonía. La romería de San Benito también evidencia esta mejora de la
situación. Hace 25 años había dificultades para conseguir vacas para todas las
carretas, sin embargo este pasado fin de semana tuvimos nada menos que 77
carretas circulando por las calles laguneras con una impresionante participación
ganadera y, en particular, de la vaca del país o vaca basta. La Laguna ha
constituido la base de la mayor parte de la cabaña ganadera vacuna de Tenerife
y de Canarias, con más de 1.500 animales censados, sólo en vacas bastas. Si
tomamos en consideración todas las vacas lecheras, alcanzaríamos la cifra de
6.000 ejemplares.
Dicha romería es la referencia no sólo de aspectos
religiosos o folclóricos, sino de la buena salud de la ganadería en este
municipio y, sobre todo, del esfuerzo de organizaciones como Agate, la
cooperativa de La Candelaria, el Cabildo Insular de Tenerife, en particular, de
la capacidad de gestión y de toma de decisiones adecuada que en un momento
estratégico supo tomar el entonces responsable de Agricultura y Ganadería en la
corporación, Ricardo Melchior.
Por ello, esta conexión señalada entre los ganaderos y el
resto de la sociedad es enormemente sana y productiva. Asimismo, hay noticias
esperanzadoras que invierten una tendencia negativa denunciada desde este
espacio reiteradamente. Se están incorporando jóvenes a la actividad ganadera
en esta zona. El envejecimiento de la población laboral que desarrolla la
actividad agraria constituye uno de los talones de Aquiles de este sector. A
pesar de ello, aún nos quedan temas por resolver para favorecer a los ganaderos
de Tenerife. Está pendiente la calificación de suelo apto para uso ganadero que
proteja esta actividad frente a la marea urbana que amenaza con arrasar con
todo el suelo agrario.
Es importante que sepamos que no es un problema sólo de La
Laguna, sino que afecta a toda la isla, incluso al resto de Canarias. Es
fundamental que el ganadero o el agricultor tengan menos incertidumbre cara al
futuro sobre las tierras en que desempeñan sus labores, necesitan una mayor
estabilidad. Para ello también es necesario que se desarrolle el ansiado Plan
Especial Ganadero.
Para terminar, sólo nos resta felicitar a los organizadores
de la romería, al Ayuntamiento de La Laguna, que ha demostrado enormes dosis de
sensibilidad en los últimos años con relación a los problemas y a las demandas
de los ganaderos en su lucha por sobrevivir en un espacio lleno de temores e
incertidumbres.
Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA
EL DIA, 17 de Julio 2005