HEMOS SUFRIDO ESTOS DÍAS las consecuencias del paseo sobre
las islas de la llamada tormenta tropical Delta. Echamos de menos una lectura
entre lo que se predijo hasta el medio día del lunes 28 y lo que ocurrió en la
tarde-noche de dicho día. Es importante que hagamos una lectura entre la
previsión y lo ocurrido para prevenir futuras actuaciones, sobre todo, para
corregir los puntos débiles en nuestro sistema de información meteorológica,
así como la actuación de medios humanos y materiales de nuestra población. De
la información previa al Delta hemos de destacar lo siguiente:
a) Se nos anunció con varios días de antelación la
aproximación de dicho huracán.
b) Se anunció que el mismo avanzaba de oeste a este con
vientos que superaban los cien kilómetros por hora en sentido oeste-este.
c) La tormenta dejaría lluvias abundantes, más de 30 litros
en una hora.
d) Los vientos alcanzarían máxima velocidad en las cumbres
de Tenerife y La Palma.
e) La tormenta se mantendría hasta la tarde del martes.
Hechos no previstos:
a) No se habló para nada de la topografía, y los efectos de
los vientos catabáticos se aceleran al caer por la ladera, lo que ocurrió en
Guía de Isora y en Güímar lo ponen de manifiesto; así por ejemplo, si soplaba
del oeste afectaba al Valle de Güímar y si lo hacía del sur, al Valle de La
Orotava.
b) La tormenta no entró por el oeste en Canarias, barrió de
suroeste a nordeste, atacando a la misma hora tarde-noche del lunes un frente
de más de doscientos kilómetros desde Barlovento a Galdar-Guía, ya que en Gran
Canaria apenas alcanzó el nordeste de la Isla desde Arucas hacia Telde.
c) Afortunadamente, las lluvias no fueron las previstas, la
tormenta fue de viento con poco aporte hídrico.
d) La velocidad del viento superó lo previsto, doblando en
muchos la velocidad prevista, según orientación y topografía-250
kilómetros/hora Izaña, 145 Vertederos de Arico ¿Cuánto alcanzó en Güímar o
Puntallana?
e) Si apenas alcanzó Madeira ¿nos visitó la cola o el centro
de la tormenta? ¿Dónde estaba el centro?
Digamos finalmente que la sociedad civil debe asumir que los
técnicos y los políticos no tenemos en nuestras manos el predecir de lo que
hace el tiempo en cada momento, recordemos los ciclones en el Golfo de Méjico
cómo cambiaban de rumbo y cómo el Centro de Metereología de Miami los seguía
cada minuto.
El síndrome del 31 de marzo no debe continuar, no es
razonable que en el 2005 tengamos registradas veintitrés prealertas y nueve
alertas, afectando con más de ochenta días de alertas y prealertas. Los Centros
meteorológicos han de funcionar con más recursos, gestiónelo Madrid o la
Comunidad Autónoma. Los responsables públicos deben conocer más sobre temas de
riesgos. Las referencias por la orientación y la topografía son claves, no
valen las generalizaciones.
Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA
EL DIA, 11 de Diciembre 2005