domingo, 12 de noviembre de 2006

Caminos y senderos de Tenerife: una apuesta por el futuro


EL PASADO VIERNES 3 de noviembre se procedió a inaugurar un nuevo sendero, primero de la isla señalizado y homologado con las marcas de la ERA (European Ramblers Association), entidad que agrupa a más de seis millones de senderistas europeos, en la isla de Tenerife. En concreto se trata del denominado Sendero de Pequeño Recorrido PR Tf-10, que conecta la Cruz del Carmen con la Punta del Hidalgo, pasando por el Caserío de Chinamada. El acto se enmarcó dentro de las XIV Jornadas Estatales de Senderismo de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada que se desarrollaron por vez primera en Canarias, durante esta primera semana de noviembre.

Además de la viceconsejera de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias, Milagros Luis Brito, el consejero de Medio Ambiente del Cabildo de Tenerife, Wladimiro Rodríguez, la alcaldesa de La Laguna, Ana Oramas, y otros concejales de Santa Cruz de Tenerife y La Laguna, expertos de toda España se dieron cita en Tegueste, por gentileza de su alcalde, Vidal Suárez, y del concejal de desarrollo Gelasio Fernández, para debatir sobre las posibilidades de esta actividad de creciente y masivo interés en nuestro país. Asimismo, los participantes tuvieron la oportunidad de comprobar cómo en Tenerife, desde el Cabildo de Tenerife, en colaboración con otras instituciones y la propia Federación Canaria de Montañismo, estamos desarrollando en los últimos años una apuesta firme y rigurosa por ofrecer a todos los canarios y visitantes extranjeros una oferta de calidad que responda al incremento de la demanda actual y futura de esta modalidad de ocio cultural. Los primeros beneficiados serán los propios vecinos de Anaga, por el efecto colateral y beneficioso sobre la actividad económica que proporciona un nuevo atractivo turístico, cultural y ecológico en este territorio.
No podemos olvidar que más del cuarenta por ciento de nuestro territorio es Espacio Natural Protegido. No se trata de un territorio cerrado, un "zoológico" apto solo para estudiosos y técnicos de la administración. Estamos firmemente convencidos de que la única vía posible para su conservación pasa por el conocimiento, por la difusión y el cariño que el tránsito de nuestros ciudadanos, a pie, sosegado pero saludable, por esos senderos que discurren por nuestros bosques, por los barrancos de Teno o Anaga, por las coladas volcánicas, por las lomas, cuchillos o degolladas de nuestras medianías y montes. El uso y el disfrute de estos caminos, mudos testigos de nuestra historia, supone un reencuentro del hombre con la naturaleza y el paisaje. En estos días en que la cultura urbana amenaza con extender sus tentáculos por todos los aspectos de nuestra vida es necesario buscar "oasis" de paz para encontrar el silencio, la serenidad y la belleza que proporciona nuestra naturaleza.
Mas allá de los temas filosóficos parece claro que estos senderos suponen una apuesta por la revalorización del territorio y por el desarrollo local. Permiten ofrecer a los millones de personas que nos visitan una alternativa a la playa, al ajetreo de los centros turísticos. Si es verdad que queremos desarrollar un turismo de mayor calidad esta es una vía para conseguirlo. Millones de europeos son senderistas aficionados y montañeros, que recorren cada fin de semana senderos por toda Europa. Aquí tienen una oferta diferente, en una geografía volcánica, diversa y que aún conserva muchas de las señas de identidad de un pasado ligado a la agricultura y al mundo rural. Es decir, esta tierra tiene un potencial enorme para este tipo de turismo. Está en nuestra mano hacerlo posible. Así lo entendemos en el Cabildo Insular de Tenerife y por ello estamos invirtiendo un volumen muy importante de recursos económicos en los próximos años para su rehabilitación y para la creación de una red insular de senderos de pequeño y gran recorrido, con la colaboración del Ministerio de Medio Ambiente y la Viceconsejería de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias, que constituirá con las ofertas existentes de islas como La Palma, una oferta de primer rango europeo para el senderismo.
En este sentido, es importante que no sea la administración la que se eche las flores en exclusiva de este "redescubrimiento" de los senderos. Es la sociedad civil, los ciudadanos, los principales actores de todo este proceso. A personas individuales, a líderes sociales, les debemos un agradecimiento público por su insistencia, por su clamor, a veces en el vacío, para que la administración pública afrontase en sus presupuestos aunque fuera mínimamente la recuperación de algunos de los miles de kilómetros de caminos en proceso de pérdida, derrumbe o extinción. No me quiero olvidar del amigo recientemente fallecido, Enrique Talg, un defensor toda su vida de la necesidad de habilitar senderos en el Valle de la Orotava y en el resto de la isla. Tampoco sería justo no mencionar a dos personalidades cruciales en esta línea: Miguel Pérez Carballo y Sebastián Gil Ramos, presidente de la Federación Canaria de Montañismo, entre otros. Se trata de personas que dedican su tiempo y su esfuerzo, sin ningún tipo de compensación económica, a la defensa de esta importante parcela de nuestro medio ambiente, de nuestra cultura y de nuestro patrimonio histórico. Allá donde se atente contra un antiguo camino, donde una pala intente cercenar un ramal de nuestro pasado, ahí estarán ellos para protestar y luchar contra la inercia del asfalto y del cemento, que amenaza con recubrir no solo el territorio sino también nuestras mentes.
Por último, es importante insistir en que la mejor manera de proteger un sendero y el espacio natural o rural que atraviesa es recorrerlo, en familia o con amigos. Desde el Área de Medio Ambiente y Paisaje de Cabildo estamos convencidos de ello y animamos a los tinerfeños y -por supuesto- a todos los canarios para que los fines de semana se aventuren a conocer los increíbles rincones que esta tierra aún posee. De esta manera además estarán contribuyendo a su conservación.

Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA
EL DIA, 12 de Noviembre 2006