domingo, 3 de agosto de 2008

La caza: crisis o falta de rumbo


ESTAMOS, con toda seguridad, ante una situación económica y social nueva en la que el uso de los recursos y la demanda de los mismos adquieren proporciones no conocidas por la Humanidad en todo el mundo.
El modelo económico y social, los recursos y las demandas de los ciudadanos, entran en conflicto, y lo que es peor, no se está creando un tejido social que canalice y que armonice los intereses en juego. Claro que todos tenemos derechos: salud, educación, ocio, disfrutar de la naturaleza, cuidados de los mayores e infancia, buenos servicios públicos, aguas, infraestructuras viarias, etc. Todo esto tiene un coste económico, social y ambiental y el que está en la cosa pública tendrá que priorizar las demandas en el espacio y en el tiempo, previa consulta o propuesta en programa electoral a los ciudadanos de un marco territorial concreto, que aquí solemos referirlo a la Isla.
Entremos en materia: hoy domingo se abre la veda para la caza del conejo en la isla de Tenerife, comenzando con conflicto, ya que es muy difícil gestionar en esta Isla los intereses y las necesidades de más de un millón de personas que vivimos aquí, las actividades económicas que necesitamos y los intereses de demandas de algo más de 10.000 cazadores que, en muchos casos, entran en conflicto con los agricultores como gestores del suelo rústico. Por parte del Cabildo, mediante el Consejo Insular de Caza, tenemos que compaginar intereses de las partes y también hacer una lectura ambiental para armonizar en el limitado suelo insular. Lamentablemente, nadie plantea cómo aportar agua para los animales o mejorar pastos ante un año seco en el que apenas tenemos manantiales que aporten una gota de agua.
Los agricultores se quejan del daño que conejos y perdices hacen a los cultivos, sobre todo, en las zonas próximas al incendio del pasado año: Valle Arriba, Santiago del Teide, Erjos, Icod del Alto, Tierras de Mesa, etc., y también en las zonas de Arico y Fasnia son numerosas las quejas por daños en los viñedos por las perdices.
Por otra parte, tenemos la valoración que hacen los cazadores sobre la abundancia de conejos en la Isla. Este colectivo reconoce que la población en el sotavento es baja, proponiendo los responsables de la cacería a nivel insular la caza sin hurón en las primeras semanas; propuesta hecha por las sociedades de cazadores y asumida por los Consejos Insular y Regional de Caza. Ahora tenemos un conflicto, ya que un sector de cazadores del Sur se siente discriminado al estar la caza con hurón en el Norte y Las Cañadas; mientras el Sur queda sólo con perro durante tres jornadas en el mes de agosto.
Hemos de insistir en la movilidad de los cazadores en la Isla; incluso éstos se mueven con mucha frecuencia entre las islas, sin olvidar que la principal zona de caza está en Las Cañadas. No queremos polemizar: la propuesta la han realizado los cazadores y no es ningún capricho por parte de los responsables del Cabildo. Esta Corporación busca en todo momento el diálogo y el encuentro con los cazadores y no queremos tensiones porque no es bueno para el medio ambiente, ni para la Isla.
Por ello, hemos buscado diálogo permanente entre los agricultores y los cazadores, puesto que ambos juegan en el mismo campo con intereses encontrados, en unos casos, y en otros, cazador y agricultor es lo mismo. Por otra parte, no es buena la generación de tensiones internas entre cazadores, como es el caso de supuestos privilegios de una comarca de la Isla sobre la otra.
Somos conscientes de que un colectivo tan amplio es difícil homologarlo y resolver la cuadratura del círculo con intereses encontrados en un territorio tan pequeño con 10.000 cazadores, 100.000 perros, más de 20.000 armas de fuego, etc. A eso hay que añadirle la tensión socioeconómica que vivimos todos, cazadores y no cazadores, en la que no es bueno que la adrenalina suba porque alguien interprete que no se hacen las cosas con el máximo de transparencia, sin discriminar ni por el lugar de nacimiento ni por la situación económica.
Nuestra obligación y la del Cabildo es hacer el mejor servicio posible a los cazadores dentro de la defensa del interés social y ambiental de la Isla y su gente. El rumbo de la nave sólo es posible con el diálogo y la participación. Por ello, el Consejo Insular de Caza se reunió el pasado viernes, día primero de agosto, buscando cuantos puntos de encuentro puedan sembrar diálogo que armonicen los intereses de la mayoría con los valores sociales y ambientales de la Isla. No es posible acordar cambios en la legislación de un día para otro. Eso no está en manos de ninguno de los que tenemos responsabilidades políticas porque es imposible cambiar lo publicado en el Boletín Oficial de Canarias de un viernes para un domingo. Todo tiene su procedimiento, pero el primer paso es el diálogo y las condiciones de los Consejos Insular y Regional de Caza no han cambiado del mes pasado a este. Con todo, estamos abiertos al diálogo y a las propuestas de los cazadores y seguiremos trabajando por el interés de todos.

Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA
EL DIA, 3 de Agosto 2008