CUANDO SALIMOS AL MONTE y encontramos nuestras
carreteras con importantes cantidades de pinocha en sus bordes, nos preguntamos
cuál es la razón por la que no se limpia dicho combustible tan peligroso en los
veranos. Los que tenemos responsabilidad con los montes sabemos que en Tenerife
queda menos de una docena de empresas dedicadas a la recogida de pinocha para
venderla a los agricultores, y éstos tienen numerosas dificultades para
mantener su actividad, dado el reducido número de agricultores que compra
materia orgánica para los cultivos.
Hace unos años la isla estaba barrida, no
había pinocha, así nos cuenta don Francisco Delgado, la empresa más antigua en
el sector, y cómo en los años cincuenta y sesenta trajo pinocha de los pinares
herreños para Tenerife, dada la demanda en la isla y las carencias de los
pinares locales; otro ejemplo no menos expresivo lo tenemos con el Plan de
Residuos de la isla de Tenerife, nos encontramos con nuevos problemas, ya que
cada día aumentan los residuos que antaño considerábamos y utilizábamos como
recursos. Esto quiere decir que gran parte del estiércol, del compost obtenido
en el PIRS de Arico, o el fabricado en diversas plantas de tratamiento de
restos de jardines, podas, etc., o el elaborado por las empresas dedicadas a
recoger pinocha de nuestros montes, es decir, ingentes cantidades de materia
orgánica que quedan sin utilizarse para la agricultura y se convierten en un
desecho destinado a los vertederos, con el gasto y el esfuerzo que ello
conlleva.
La nueva agricultura abandona la biología para decantarse
mayoritariamente por la química importada. Esto no sólo ocurre por motivaciones
económicas o de rentabilidad, sino que es un fenómeno inducido también por una
falsa presunción de modernidad y progreso: lo "artificial", creado en
laboratorios, es mejor que lo "natural", defienden los modernos
productivistas que se extienden a lo largo y ancho del archipiélago.
Un ejemplo bastante curioso es el representado por los
nuevos cultivos de tomates hidropónicos, es decir, sin suelo, esto es, sobre
material conocido como lana de roca que recibe directamente los nutrientes y el
agua que necesita la planta. Por supuesto, al cabo de un tiempo esa lana de
roca se convierte en un nuevo residuo difícilmente reciclable o tratable, no
hace falta tierra, no hace falta abonos orgánicos, es, en definitiva, el
proceso industrial trasladado a la agricultura, ¿son estos tomates canarios?
Las labores agrícolas demandaban materia orgánica en grandes
cantidades hasta hace muy poco, contribuyendo a la limpieza de los montes para
prevenir incendios, y ahora se ha convertido la agricultura en productora de
residuos, creando un importante problema añadido en una sociedad que tiene el
consumo compulsivo y genera cada día más y mayores cantidades de desechos. Otro
ejemplo lo tenemos con los purines o las gallinazas que, en tiempos no
demasiados lejanos, eran demandados por la agricultura como abono de gran
riqueza biológica. Estos y otros restos ganaderos han sido relegados y deben
ser llevados con dificultades y costes importantes a las plantas de residuos,
para posterior tratamiento con importantes costes añadidos para el ganadero.
Es la intención de este artículo llamar la atención sobre
cómo algunas facetas de la nueva actividad agraria devalúa la agricultura
tradicional y la producción de alimentos sanos conseguida con las leyes
naturales. De ahí que artificialicemos, cada día más, la naturaleza y
devaluemos proporcionalmente la calidad de los productos del agro. Por ello,
estamos en la obligación de insistir a nuestros agricultores y a los
consumidores en última instancia de que debemos apostar por la modernidad sin
renunciar a lo natural, que es importantísimo mantener la agricultura
relacionada con nuestro suelo y la cultura agraria que lo acomoda. No podemos
pretender hipotecar nuestro medio ambiente cada día más con la producción de
residuos sin un alto precio por ello. La debilitación del medio natural que
esta sociedad está causando de forma creciente, día a día, acabará por pasarnos
factura tarde o temprano.
Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA
EL DIA, 10 de Septiembre 2006