EL VIERNES, 11 de mayo, el pleno del Cabildo Insular de
Tenerife aprobó el Plan Territorial Especial de Ordenación de los Residuos de
Tenerife (PTEOR), que pretende articular las medidas futuras de la gestión
insular de los residuos en función de las características y necesidades de
Tenerife. Se trata, aunque haya pasado desapercibido para mucha gente a pie de
calle, de una aprobación histórica y que condicionará una parte importante de
la vida doméstica de los ciudadanos las próximas décadas, en un tema tan
crucial para nuestra sociedad como los residuos urbanos.
A lo largo de todo el
desarrollo del Plan, desde febrero de 2006, no hemos parado de buscar la máxima
participación ciudadana posible y del resto de administraciones locales, más de
30 reuniones y continuas visitas al Complejo Ambiental. De esta manera, creemos
poder afirmar que hemos alcanzado un nivel de consenso político y social sin
parangón en la historia reciente de la Administración canaria.
Por todo ello, y por la trascendencia del tema, se ha
tratado sin lugar a dudas de uno de los principales logros de la legislatura
que se encuentra a punto de terminar. Su proceso de creación ha sido largo y
muy duro, ha requerido de un compromiso político y técnico nada fácil de asumir
en los tiempos que corren. Como hemos dicho, la primera prioridad en la elaboración
de este documento crucial fue lograr la mayor información, participación y
consenso de todos los agentes sociales y económicos de la isla. Finalmente, y
en contra de los argumentos iniciales, el PSOE se desmarcó en la votación del
consenso generalizado del resto de la sociedad insular, todavía no sabemos muy
bien por qué razón, a pesar de su participación activa en todo el proceso de
elaboración y discusión del documento.
El plan establece hasta 12 modelos distintos de ordenación y
tratamientos de residuos según su tipología y complejidad: desde los residuos
urbanos convencionales a un amplio espectro que abarca desde los neumáticos,
los residuos sanitarios, agrícolas o industriales hasta los aparatos eléctricos
y electrónicos, animales muertos, residuos de construcción, forestales, etc.
Es prácticamente imposible resumir en un pequeño artículo la
complejidad y la magnitud de lo aprobado la semana pasada. Sin embargo, sí que
queremos insistir en que se han definido hasta siete ejes fundamentales, cuyo
desarrollo ordenará cada uno de los modelos específicos. Así, cada Eje lleva
aparejada una serie de medidas específicas para hacerlo viable. De esta manera,
tenemos desde el fomento de la minimización de la generación de residuos y de
su peligrosidad, basada en la jerarquía comunitaria en esta materia; el impulso
a la máxima recogida selectiva de materiales y su reciclaje, la recogida
selectiva de materia orgánica y su compostaje, el tratamiento previo de los
residuos no recogidos selectivamente así como su valorización energética de los
rechazos, la eliminación segura de los residuos secundarios generados hasta la
creación de un organismo público para la gestión de residuos en la Isla y de un
órgano de participación ciudadana en dicha gestión, y, por último, la
implantación de sistemas específicos de gestión de la información y control de
los distintos flujos de residuos y de acciones para el desarrollo del PTEOR.
Asimismo, se acabó el modelo centralizado de gestión de
residuos en un macrocomplejo, en Arico. Se promoverá un sistema global,
integrado e interrelacionado de puntos logísticos, en los que se realizarán
procesos de gestión a lo largo del ciclo que sigue cada tipo de residuos desde
su generación hasta el reciclaje, valoración o eliminación. Para ello se
establecen reservas de suelo para dotar a cada comarca de infraestructuras de
tratamiento selectivo de los residuos recogidos en origen, así como generar
"Puntos y Minipuntos limpios" en las cercanías de todas las
poblaciones. Diversificar, repartir, redistribuir y facilitar al ciudadano la
recogida selectiva son también objetivos fundamentales del Plan. Para incidir
en la importancia que se da a la conversión de los residuos en un recurso, se
acometerá la creación de un Polígono Industrial para procesos e industrias
recicladortas, situado en el Complejo Ambiental de Arico, con el objeto de
desarrollar una economía de escalas, cerrar ciclos de reciclaje y generar
puestos de trabajo y nuevas fuentes de riqueza.
Otro elemento fundamental de este plan es el modelo de
financiación que establece, en donde pagarán más los que menos residuos separen
de forma selectiva en origen.
En definitiva, la Ordenación de los Residuos de Tenerife
cobra un nuevo impulso y tiene un camino a seguir las próximas décadas que
marcará este Plan. El horizonte se aclara y sobre todo permite establecer un
método para afrontar un problema ambiental de primer nivel y de difícil
solución, como es la generación de ingentes cantidades diarias de residuos en
un territorio frágil y limitado como es la isla de Tenerife. El futuro ofrece
soluciones a este tema que sólo serán posibles con la plena participación de
toda la sociedad insular. Sin esa colaboración, este plan y su ambiciosa
apuesta no será viable.
Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA
EL DIA, 20 de Mayo 2007