domingo, 17 de febrero de 2008

El trabajo bien hecho


ESTOS DÍAS se familiariza Brasil con Canarias, pero no por la samba, los sambódromos y el carnaval carioca, sino por las voces cargadas de razón que se han alzado diciendo que tenemos problemas para la importación de 60 millones de kilos de carne; situación ésta que se complica por la dependencia que tenemos para el abastecimiento de las Islas y en la que, a las limitaciones físicas, presión demográfica y escasez de pastos, hay que unir la delicadeza de la pituitaria del hombre canario que no quiere ganadería en un kilómetro a la redonda.

Sin embargo, los hechos les dan la razón a los magos. Y esto ocurre porque, casi siempre, éstos suelen tener los pies en el suelo gracias a los numerosos estudios que han realizado en la universidad de la vida y a algún que otro máster en gestión de la miseria que ahora llaman insostenible. Estas líneas pretenden aprovechar la coyuntura para que nuestro pueblo y, en particular los jóvenes, miren con más respeto a lo que aún queda de agro en Canarias y rescaten lo que puedan antes de que los tiempos se pongan peores; cosa que parece que puede ocurrir tras un largo período de bonanza y que, por otra parte, no sería sorprendente porque el mundo funciona cíclicamente.
Estas líneas también son un reconocimiento al Cabildo de Tenerife. Hace algunos años, cuando la abundancia de la leche y la carne inundaban la Unión Europea con montañas de mantequilla y leche deshidratadas y llegaban a utilizarse para alimentar a los cochinos, dos personas como Ricardo Melchior y Pedro Molina tuvieron la feliz idea de apoyar la ganadería en nuestra tierra. Ahora los tiempos han cambiado y los alimentos baratos parecen que son historia. Por ello, el que hoy tengamos una cabaña ganadera con más de 70.000 cabras con un significativo peso en aves, vacunos y cerdos, junto a una industria relacionada con las mismas, como es la fabricación de quesos en Benijos, Arico, Santa Úrsula y demás municipios, donde hay más de 70 miniqueserías fabricando queso artesanal, funcionando y cumpliendo con unos estrictos requisitos sanitarios europeos, es mérito de Ricardo Melchior y todo el personal del Cabildo que han trabajado duramente para poner en marcha este proyecto.
Y eso no es fruto de la casualidad, sino del trabajo de unos hombres como Ricardo y Pedro que, en época de bonanza y del instalado y arropado entorno del progreso, las luces del neón y ante la demanda de la construcción de un sambódromo para el carnaval chicharrero, apostaron por un sector social económicamente marginado.
Este reconocimiento es extensivo al colectivo que ha luchado desde el anonimato por la dignificación social y económica de los ganaderos y también a Ricardo y Pedro, el primero desde las instituciones públicas y el segundo desde el sector, que nos han dejado un gran patrimonio para todos los tinerfeños. Ambos han jugado un papel fundamental a la hora de sembrar y recoger las semillas y los esquejes de un compromiso de futuro con esta tierra. Por ello, el premio que ha recibido Ricardo Melchior esta semana en Madrid procedente del Ministerio de Agricultura y la presentación del libro del arrastre de ganado, que tuvo lugar en nuestra Isla, son unos surcos más en la recuperación de las tierras balutas, esperando que la cosecha del 9 de marzo permita que Ricardo Melchior continúe desde Madrid sembrando compromiso e ilusión con los hombres y mujeres de esta tierra.

Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA
EL DIA, 17 de Febrero 2008