TRANSCURRIDOS algo más de seis meses del incendio que
golpeó los montes del oeste de Tenerife, hemos encontrado dos actitudes ante
este triste acontecimiento. Por un lado, un amplio colectivo de agricultores y
el Cabildo han participado de lleno en los trabajos de limpieza y recuperación
del medio ambiente, mientras que otros continúan con el verbo fácil de la
crítica, eso sí, sin haber pisado siquiera las laderas y barrancos calcinados
por el fuego.
Aquí, en teoría, todos saben de fuego y de fútbol, y lo
mismo critican a un jugador que a las personas que trabajan a diario para
salvaguardar el Medio Ambiente. En aquellos días se dieron numerosas lecciones
sobre cómo hacerlo, y hoy, casi siete meses después de los hechos, hemos
encontrado motivos para que se inspiren en la letra de algunas murgas del
carnaval y, en algunos casos, no hacen responsables a los pirómanos
precisamente, sino a los que teníamos responsabilidades políticas y a los
equipos humanos que se tiznaron en el monte frente a las llamas. Sorprende, por
tanto, que algunos asuman con naturalidad que haya pirómanos y enfermos
mentales que le den fuego al monte, mientras que el trabajo y los recursos que
se dedican a la prevención y extinción de incendios forestales son criticados
sin el menor pudor.
Y ahora viene la campaña electoral en la que algunos
responsables políticos dejan en buen lugar a las murgas, pues proponen plantar
entre los señores Rajoy y Zapatero 500 millones de árboles. Esto significa que
plantan unos mil árboles por kilómetro cuadrado, que en Canarias nos
correspondería plantar a algo más de 7 millones y en Tenerife algo más de 2
millones. Hemos de decirle a los señores Rajoy y Zapatero que se den un paseo
por la Isla ,
desde las cumbres de Bolico, en Buenavista del Norte a Chivisaya, en
Candelaria, Archifira, en Fasnia, Chajaña y Majada del Río, en Arico y un largo
etcétera en la recuperación de nuestros pinares y laurisilva. Ambos deben saber
que aquí hemos aprobado hace un tiempo estas asignaturas, superando de verdad
dichas cifras que ahora proponen.
Es bueno que sepan los ciudadanos de la Isla , que aquí se ha superado
con hechos las promesas electorales en el plano ambiental para la próxima
legislatura y eso lo ha realizado el Cabildo de Tenerife en los últimos doce
años. Sin embargo, el Gobierno de Zapatero, que prometió numerosas ayudas para
la mejora de los bosques de la
Isla con posterioridad al incendio, pondrá los primeros
recursos -todavía no han puesto un euro para estas labores- en mejorar nuestros
montes para los próximos meses, asignando el trabajo a una empresa que no tiene
ninguna vinculación con trabajos forestales en la Isla. Espero que le
den continuidad a las empresas de aquí, que ahora trabajan en la limpieza de
los bosques con recursos del Cabildo y la Comunidad Autónoma.
No me parece bien politizar todo y hacer campaña electoral
en cada barranco y en cada pino. Nuestros jóvenes y nuestros campesinos ya
tienen más que suficientes problemas con la naturaleza y el modelo económico
que nos hemos dado para que estos días devaluemos el lenguaje, el compromiso,
la buena política, el mensaje con contenido. La campaña electoral no es una
tómbola en un chiringuito de feria, los impuestos y los recursos públicos no
están para repartos alegres al final del carnaval; no es bueno el lenguaje
vacío, hemos de darle contenido a la palabra.
Por tanto, hemos de felicitar a los campesinos que han
limpiado las fincas en las zonas quemadas, que han labrado las tierras, que
limpian manzanos, almendros e higueras, que luchan por recuperar la
agricultura. En uno de los años más secos de las últimas décadas, la lucha
contra el fuego no sólo consiste en tener un buen equipo de bomberos; es, sobre
todo, el trabajo que hemos de hacer todo el año.
Tendremos que dar todos alternativas de compromiso,
consumiendo productos de la tierra ante unas importaciones de choque que
arruinan a la agricultura local, si queremos que se incorporen jóvenes al
campo, que los montes estén limpios y que tengamos menos incendios. Sin duda,
hemos de mejorar las condiciones de vida de los campesinos. Este año se han
sembrado más tierras que en años precedentes. Tendremos que responder todos,
los políticos frenando las importaciones y defendiendo las producciones locales
y los vecinos, demandando productos frescos de la tierra. El Medio Ambiente es
un compromiso, no una declaración de buenas intenciones.
Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA
EL DIA, 24 de Febrero 2008