domingo, 24 de febrero de 2008

Predicar y dar trigo


TRANSCURRIDOS algo más de seis meses del incendio que golpeó los montes del oeste de Tenerife, hemos encontrado dos actitudes ante este triste acontecimiento. Por un lado, un amplio colectivo de agricultores y el Cabildo han participado de lleno en los trabajos de limpieza y recuperación del medio ambiente, mientras que otros continúan con el verbo fácil de la crítica, eso sí, sin haber pisado siquiera las laderas y barrancos calcinados por el fuego.

Aquí, en teoría, todos saben de fuego y de fútbol, y lo mismo critican a un jugador que a las personas que trabajan a diario para salvaguardar el Medio Ambiente. En aquellos días se dieron numerosas lecciones sobre cómo hacerlo, y hoy, casi siete meses después de los hechos, hemos encontrado motivos para que se inspiren en la letra de algunas murgas del carnaval y, en algunos casos, no hacen responsables a los pirómanos precisamente, sino a los que teníamos responsabilidades políticas y a los equipos humanos que se tiznaron en el monte frente a las llamas. Sorprende, por tanto, que algunos asuman con naturalidad que haya pirómanos y enfermos mentales que le den fuego al monte, mientras que el trabajo y los recursos que se dedican a la prevención y extinción de incendios forestales son criticados sin el menor pudor.
Y ahora viene la campaña electoral en la que algunos responsables políticos dejan en buen lugar a las murgas, pues proponen plantar entre los señores Rajoy y Zapatero 500 millones de árboles. Esto significa que plantan unos mil árboles por kilómetro cuadrado, que en Canarias nos correspondería plantar a algo más de 7 millones y en Tenerife algo más de 2 millones. Hemos de decirle a los señores Rajoy y Zapatero que se den un paseo por la Isla, desde las cumbres de Bolico, en Buenavista del Norte a Chivisaya, en Candelaria, Archifira, en Fasnia, Chajaña y Majada del Río, en Arico y un largo etcétera en la recuperación de nuestros pinares y laurisilva. Ambos deben saber que aquí hemos aprobado hace un tiempo estas asignaturas, superando de verdad dichas cifras que ahora proponen.
Es bueno que sepan los ciudadanos de la Isla, que aquí se ha superado con hechos las promesas electorales en el plano ambiental para la próxima legislatura y eso lo ha realizado el Cabildo de Tenerife en los últimos doce años. Sin embargo, el Gobierno de Zapatero, que prometió numerosas ayudas para la mejora de los bosques de la Isla con posterioridad al incendio, pondrá los primeros recursos -todavía no han puesto un euro para estas labores- en mejorar nuestros montes para los próximos meses, asignando el trabajo a una empresa que no tiene ninguna vinculación con trabajos forestales en la Isla. Espero que le den continuidad a las empresas de aquí, que ahora trabajan en la limpieza de los bosques con recursos del Cabildo y la Comunidad Autónoma.
No me parece bien politizar todo y hacer campaña electoral en cada barranco y en cada pino. Nuestros jóvenes y nuestros campesinos ya tienen más que suficientes problemas con la naturaleza y el modelo económico que nos hemos dado para que estos días devaluemos el lenguaje, el compromiso, la buena política, el mensaje con contenido. La campaña electoral no es una tómbola en un chiringuito de feria, los impuestos y los recursos públicos no están para repartos alegres al final del carnaval; no es bueno el lenguaje vacío, hemos de darle contenido a la palabra.
Por tanto, hemos de felicitar a los campesinos que han limpiado las fincas en las zonas quemadas, que han labrado las tierras, que limpian manzanos, almendros e higueras, que luchan por recuperar la agricultura. En uno de los años más secos de las últimas décadas, la lucha contra el fuego no sólo consiste en tener un buen equipo de bomberos; es, sobre todo, el trabajo que hemos de hacer todo el año.
Tendremos que dar todos alternativas de compromiso, consumiendo productos de la tierra ante unas importaciones de choque que arruinan a la agricultura local, si queremos que se incorporen jóvenes al campo, que los montes estén limpios y que tengamos menos incendios. Sin duda, hemos de mejorar las condiciones de vida de los campesinos. Este año se han sembrado más tierras que en años precedentes. Tendremos que responder todos, los políticos frenando las importaciones y defendiendo las producciones locales y los vecinos, demandando productos frescos de la tierra. El Medio Ambiente es un compromiso, no una declaración de buenas intenciones.

Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA
EL DIA, 24 de Febrero 2008