domingo, 2 de marzo de 2008

Agua con flúor


LAMENTABLEMENTE vivimos en una sociedad con un alto estado de crispación, situación aún más complicada en el marco político actual. Por ello, plantear los problemas del flúor para el abasto de nuestra población y tratar de resolverlo por la vía jurídica resulta, como poco, una situación de total desconocimiento. Aún más lamentable es, si procede de un universitario que se entiende que debe conocer la problemática del agua en las islas. Por ello, me sorprenden las declaraciones de Gustavo Matos, portavoz del PSOE en La Laguna, que ha "descubierto" últimamente que el agua tiene flúor y que, en consecuencia, los miligramos de dicho mineral en cada litro de agua crean problemas en nuestra salud.

Este señor debería saber que las galerías construidas en la isla de Tenerife, algo más de mil canales con 1.700 kilómetros de profundidad, producen cada día más de 600.000 pipas de aguas de las que un alto porcentaje -más del 60%- se destinan a consumo urbano. Y de dichas galerías hay un número importante que tienen flúor, distintos carbonatos o sodio y que eso es la consecuencia no sólo del lavado de las rocas por las que atraviesan esta agua, sino también de la actividad volcánica en distintos puntos de la Isla.
Por tanto, el problema del agua y el flúor no es un problema jurídico-legal. Es un hecho natural que la Administración Pública trata de corregir. Así, por ejemplo, el Cabildo de Tenerife ha hecho importantes inversiones en los últimos años para construir desaladoras de agua de galería en Tamaimo, en Santiago del Teide; en Aripe, en Guía de Isora; El Reventón y Altos de Icod, en Icod de los Vinos; Cruz de Tarife, en La Guancha; y ahora tenemos proyectada la de Las Llanadas, en Los Realejos. Obras que cuestan muchos millones de euros y que, lamentablemente, la Administración que el señor Matos defiende, es decir, la del Estado, la de Madrid, no responde con inversiones en las desaladoras que venimos demandando hace años. Así, el Estado no ha tenido tiempo para construir la desaladora de Granadilla y la de Fonsalía, en Guía de Isora, pero sí ha ampliado la de Carboneras, en Almería, en la que el uso del agua que produce no alcanza ni tan siquiera el 15% de la oferta posible y tienen más de un 80% ocioso de la instalación construida. Es decir, que en Andalucía, donde gobiernan los socialistas, sobra el dinero para la construcción de desaladoras, mientras que a Tenerife y Canarias no destinan un euro.
Y es en este marco en el que debe saber el señor Matos que el Estado ha construido toda la red de agua potable en la Península, mientras aquí, en Tenerife, estos 1.700 kilómetros de galerías y sus respectivos canales están hechos con ahorro popular de nuestra gente. Es más, hace 50 años apenas teníamos agua potable en las casas y gracias a estas galerías y a los pozos, hoy más del 60% del agua que se produce se destina a consumo urbano-turístico.
Nuestras galerías están descendiendo en caudal -casi un 20% en los últimos años- y lo que es más preocupante, tanto las galerías como los pozos empeoran la calidad del agua. Es decir, tienen más minerales y, en consecuencia, habrá que establecer más plantas para el tratamiento del agua, máxime cuando no sólo tenemos demanda de agua para la agricultura, sino que la población de Tenerife ha pasado de 1981 de 557.791 habitantes a situarnos en torno al millón de habitantes en la actualidad. Tema éste que nos dice López Aguilar que no hemos de tratar porque "ancha es Castilla", aunque en Tenerife tenemos más densidad de población por kilómetro cuadrado -en lo que no son espacios protegidos- que ciudades como Madrid, Barcelona o Bilbao.
Es decir, parece que el señor Matos asocia los problemas del flúor con Ana Oramas y Antonio Pérez Godiño, pero su "objetividad" está totalmente alejada de la problemática real del agua de Tenerife y Canarias. Igual ocurre con Santiago Pérez, que se ha subido a este carrusel de declaraciones sin sentido, en la que nos hace responsables no sólo del flúor en las aguas sino de las desgracias en la galería de Piedra de los Cochinos.
Señores Matos y Pérez, claro que tendremos problemas aquí con el líquido elemento, no sólo agravados por la presión demográfica y la poca lluvia, sino, sobre todo, por la insolidaridad de los señores de Madrid, y, en particular, de su propio grupo político que conocen estas islas más en vacaciones que en los problemas que afronta la población a diario.

Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA
EL DIA, 2 de Marzo 2008