domingo, 7 de septiembre de 2008

Tijarafe y la Fiesta del Arte


El PASADO VIERNES 29 de agosto tuve la oportunidad de participar en la plaza de Candelaria de Tijarafe en la Fiesta del Arte. Creo que es oportuno hacer un comentario de la misma, ya que estuvo dedicada a la agricultura, tema poco corriente en nuestro mundo rural en el que las referencias en los distintos números de la fiesta suelen tener como temática elementos exóticos y urbanos, puesto que la devaluación del agro no sólo tiene que ver con los precios devaluados que cobran los agricultores por sus cosechas, sino también la degradación de la cultura rural, en la que los elementos exóticos importados con tintes urbanos se impone en los hábitos festivos, en la música y en la alimentación.
Antaño, las fiestas en las localidades rurales estaban asociadas al entorno, a los temas económico-culturales de la zona y lo religioso-festivo estaba próximo a los temas agrario ganaderos o pesqueros.
Por ello, la artesanía, los deportes y las habilidades que se presentaban en la fiesta tenían que ver con la economía local. En el caso de Tijarafe, la fiesta del Arte de 2008 no sólo estuvo dedicada al agro de dicha localidad, al agua y a las dificultades que tuvieron que sortear las generaciones pretéritas en un territorio aislado, y en muchos casos, olvidado en el que la solidaridad fue el principal recurso, sino que culminó con la actuación del grupo Raíces, con música sefardí de la diáspora de los judíos españoles de los últimos cuatrocientos años, con temas sobre fiestas y cultura en un colectivo que los alejaron de su tierra.
Los versadores continuaron con temas de la tierra de las dos orillas -Caribe y Canarias-, vivencias, paisaje, cultura, encuentro con la tierra y con su gente, con el trabajo, con sus dificultades y sus logros, entendiendo cómo eran nuestros caminos, barrancos y también las bodegas y el vino; fiesta y tradiciones asociadas a un paisaje de ahora y de antaño, cuando no teníamos gasolina. Por ello, la fiesta también es un encuentro social y cultural de distintas generaciones en un territorio con su impronta personal en el que suelen sentar mal los elementos extraños, las prisas, la música estridente, impersonal, cargada de decibelios, rompiendo tímpanos y cultura local, que nos empobrecen aunque tengamos ahora más euros que en otros tiempos.
En el referido marco histórico geográfico es bueno entender que la generación de tijaraferos de hoy, es, sin duda, el colectivo humano que ha contado con más recursos materiales de cuantas generaciones han habitado entre El Time y Garome, tema extensible para la vecina Puntagorda. Valga como referencia los logros en agua, agricultura y aspectos sociales, sin olvidar que todavía en los años ochenta existían tierras explotadas en sistemas de quintos, es decir, pagan un quinto de la cosecha por cultivar en tierras que no pertenecían a los agricultores. No olvidemos la precariedad de los secanos, con rendimientos que, en muchos casos, no producían cinco por uno; situación que se extendió por el noroeste de La Palma desde los repartos de tierra tras la conquista hasta hace unos años, hoy tema superado en Garafía, Puntagorda o Tijarafe.
Se han producido mejoras significativas en los últimos años en La Traviesa, espacio comprendido entre Briestas y Tinazara, ambos incluidos, territorio en el que se han realizado inversiones importantes por parte del Cabildo y de los agricultores. Así, se ha incorporado la red de agua y mejorado las comunicaciones y, en consecuencia, se ha producido importantes cultivos de viña en terrenos hace tiempo ocupados por escobones, codezos y otros matorrales de gran capacidad para transmitir el fuego en los habituales incendios en la zona. Ahora, afortunadamente, tenemos una significativa superficie de viña y gran parte del entorno está limpio de combustible para los incendios, mejorando de manera importante los vinos con bodegas afamadas en dicha comarca. Esto ha dado lugar a que sea un espacio con menos peligro para los incendios en las medianías de La Palma. Por lo tanto, agricultura y medio ambiente van de la mano como un todo.
En este marco de relaciones, hemos de felicitar al grupo de gobierno del Ayuntamiento de Tijarafe por integrar en la fiesta una parte importante de la cultura del pueblo, en la que en unos años hemos pasado de la economía del trueque, del racionamiento y del estraperlo, a una comunidad próspera, con recursos, con una importante distribución de la riqueza, tema que debemos agradecer a las últimas generaciones de tijaraferos por el esfuerzo que han hecho para dejarnos el mejor Tijarafe de su historia. Es en este marco, en el que hemos de cuidar y transmitir a la generación joven unos valores socioculturales propios ante un bombardeo permanente de otros valores y otras culturas desde el exterior.

Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA
EL DIA, 7 de Septiembre 2008