El PASADO VIERNES 29 de agosto tuve la oportunidad
de participar en la plaza de Candelaria de Tijarafe en la Fiesta del Arte. Creo que
es oportuno hacer un comentario de la misma, ya que estuvo dedicada a la
agricultura, tema poco corriente en nuestro mundo rural en el que las
referencias en los distintos números de la fiesta suelen tener como temática
elementos exóticos y urbanos, puesto que la devaluación del agro no sólo tiene
que ver con los precios devaluados que cobran los agricultores por sus cosechas,
sino también la degradación de la cultura rural, en la que los elementos
exóticos importados con tintes urbanos se impone en los hábitos festivos, en la
música y en la alimentación.
Antaño, las fiestas en las localidades rurales estaban
asociadas al entorno, a los temas económico-culturales de la zona y lo
religioso-festivo estaba próximo a los temas agrario ganaderos o pesqueros.
Por
ello, la artesanía, los deportes y las habilidades que se presentaban en la
fiesta tenían que ver con la economía local. En el caso de Tijarafe, la fiesta
del Arte de 2008 no sólo estuvo dedicada al agro de dicha localidad, al agua y
a las dificultades que tuvieron que sortear las generaciones pretéritas en un
territorio aislado, y en muchos casos, olvidado en el que la solidaridad fue el
principal recurso, sino que culminó con la actuación del grupo Raíces, con
música sefardí de la diáspora de los judíos españoles de los últimos
cuatrocientos años, con temas sobre fiestas y cultura en un colectivo que los
alejaron de su tierra.
Los versadores continuaron con temas de la tierra de las dos
orillas -Caribe y Canarias-, vivencias, paisaje, cultura, encuentro con la
tierra y con su gente, con el trabajo, con sus dificultades y sus logros,
entendiendo cómo eran nuestros caminos, barrancos y también las bodegas y el
vino; fiesta y tradiciones asociadas a un paisaje de ahora y de antaño, cuando
no teníamos gasolina. Por ello, la fiesta también es un encuentro social y
cultural de distintas generaciones en un territorio con su impronta personal en
el que suelen sentar mal los elementos extraños, las prisas, la música
estridente, impersonal, cargada de decibelios, rompiendo tímpanos y cultura
local, que nos empobrecen aunque tengamos ahora más euros que en otros tiempos.
En el referido marco histórico geográfico es bueno entender
que la generación de tijaraferos de hoy, es, sin duda, el colectivo humano que
ha contado con más recursos materiales de cuantas generaciones han habitado
entre El Time y Garome, tema extensible para la vecina Puntagorda. Valga como
referencia los logros en agua, agricultura y aspectos sociales, sin olvidar que
todavía en los años ochenta existían tierras explotadas en sistemas de quintos,
es decir, pagan un quinto de la cosecha por cultivar en tierras que no pertenecían
a los agricultores. No olvidemos la precariedad de los secanos, con
rendimientos que, en muchos casos, no producían cinco por uno; situación que se
extendió por el noroeste de La
Palma desde los repartos de tierra tras la conquista hasta
hace unos años, hoy tema superado en Garafía, Puntagorda o Tijarafe.
Se han producido mejoras significativas en los últimos años
en La Traviesa ,
espacio comprendido entre Briestas y Tinazara, ambos incluidos, territorio en
el que se han realizado inversiones importantes por parte del Cabildo y de los
agricultores. Así, se ha incorporado la red de agua y mejorado las
comunicaciones y, en consecuencia, se ha producido importantes cultivos de viña
en terrenos hace tiempo ocupados por escobones, codezos y otros matorrales de
gran capacidad para transmitir el fuego en los habituales incendios en la zona.
Ahora, afortunadamente, tenemos una significativa superficie de viña y gran
parte del entorno está limpio de combustible para los incendios, mejorando de
manera importante los vinos con bodegas afamadas en dicha comarca. Esto ha dado
lugar a que sea un espacio con menos peligro para los incendios en las
medianías de La Palma. Por
lo tanto, agricultura y medio ambiente van de la mano como un todo.
En este marco de relaciones, hemos de felicitar al grupo de
gobierno del Ayuntamiento de Tijarafe por integrar en la fiesta una parte
importante de la cultura del pueblo, en la que en unos años hemos pasado de la
economía del trueque, del racionamiento y del estraperlo, a una comunidad
próspera, con recursos, con una importante distribución de la riqueza, tema que
debemos agradecer a las últimas generaciones de tijaraferos por el esfuerzo que
han hecho para dejarnos el mejor Tijarafe de su historia. Es en este marco, en
el que hemos de cuidar y transmitir a la generación joven unos valores
socioculturales propios ante un bombardeo permanente de otros valores y otras
culturas desde el exterior.
Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA
EL DIA, 7 de Septiembre 2008