domingo, 24 de diciembre de 2006

El paisaje y el bolsillo


CREO QUE TODOS estamos convencidos de que el paisaje es la resultante de la naturaleza y el hombre, exceptuando aquellos lugares más inhóspitos para la vida: las zonas polares, grandes montañas o desiertos. En el resto del planeta, el hombre ha moldeado la piel de la tierra en una acción colectiva. En Canarias tenemos numerosos paisajes que los presentamos como referencia y elemento identificador de nuestro pueblo.
Por citar algunos ejemplos: el antiguo Valle de La Orotava, La Geria, Valle Gran Rey, el Valle de Aridane visto desde el Time, los "machupichus" gomeros de Hermigua y Agulo, los viñedos de Acentejo o Vilaflor, los ñames en los barrancos de Los Sauces, los bancales y los cultivos sobre malpaíses volcánicos, los pinos escamoteados o afeitados en el noroeste de La Palma, las sabinas herreñas, hijas del alisio y de los pastores, que las respetaron en épocas de penurias y no las cortaron para leña, o los palmerales de Haría y Alojera, mantenidos en situaciones precarias por los campesinos.
Los mismos campesinos que mantuvieron bosques como el Cedro, El Pijaral, Las Mercedes, Monte de Aguirre, Los Tilos, y un largo etcétera, a pesar de las muchas penurias de combustibles y recursos, incluida la falta de suelo para cultivos sobre dichos espacios forestales, más húmedos.
Estas letras tienen el deber de ser críticas, dentro del espíritu navideño vigente en estas fechas, deben servir de punto de reflexión, ante las mesas abundantes y bien servidas de esta noche. Es habitual, cada vez más, que escaseen en nuestros hogares, en la cena más importante del año, productos vinculados a nuestra tierra; más bien al contrario, se busca lo exótico y foráneo como signo de riqueza mal entendida. En la enorme cantidad de comidas de empresas, instituciones y amigos celebradas en estos días no hemos visto en demasiadas ocasiones vinos de la tierra, cuando sabemos que existen importantes excedentes de cosechas anteriores y que en la relación calidad-precio no tienen nada que envidiar a los peninsulares.
Si nos declaramos defensores de la cultura local y pretendemos mantener un paisaje vivo cultivado, hemos de ser solidarios con los que podan y azufran la viña, que también son los que limpian los campos de maleza, ayudándonos a prevenir potenciales incendios, manteniendo una dura lucha contra la erosión y el abandono. Nuestros agricultores constituyen la primera línea de defensa ambiental de la sociedad, sin estar en la nómina de la Administración.
Los vinos de importación no son sólo algo más baratos, también representan otro paisaje, otra cultura, otra economía. Tenemos que entender que no podemos tener un paisaje bueno, bonito y barato sin poner algo a cambio, sin contribuir social e individualmente a conservarlo. Este paisaje se convertiría en un erial impersonal si desparecieran los campesinos que lo diseñan, construyen, limpian y le dan esplendor. Sólo nos daremos cuenta de su importancia el día -esperemos que no llegue nunca- que lo perdamos, como tantas otras cosas.
Pero no es momento ni para quejas ni para lamentos. En el año que se avecina y en los posteriores continuaremos luchando por defender y conservar el campo y la cultura rural canaria contra cualquier agresión que lo ponga en peligro, tal y como hemos hecho durante tantos años pasados. En esa línea, no se nos puede quedar en el tintero la felicitación a todos aquellos que han aportado su grano de arena para conseguir la renovación de las ayudas al cultivo de nuestros plátanos. En ese sentido, deseamos fervientemente que se haga un buen uso social y ambiental de este dinero.
Para finalizar, sólo me resta enviar a todos los lectores del periódico EL DÍA y al resto de tinerfeños y canarios la más cordial y sincera felicitación navideña, con la esperanza de que los buenos deseos que todos tenemos en estas fechas se mantengan pasados los efectos del vino, y entre todos perseveremos en la búsqueda de una mejor sociedad, más justa, solidaria, preocupada por su medio ambiente y participativa. Muchas felicidades.

Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA
EL DIA, 24 de Diciembre 2006