HEMOS ECHADO DE MENOS unos comentarios sobre el fuego,
el viento y la topografía, máxime si sabemos que la velocidad del viento fue
marcadamente diferente en los distintos puntos de las zonas quemadas.
La dirección del viento es clave para entender lo ocurrido
en la ladera Oeste de la Isla. El fuego se aceleró por efecto del relieve,
alcanzando puntos sin apenas vegetación, puntos desconocidos en la historia de
los incendios en Tenerife, (Tamaimo, Arguayo, Masca, etc.). La topografía, la
dirección del viento y la temperatura del agua del mar, pusieron el resto con
diferencias en más de 20º C, sin embargo, en la ladera Norte el viento no sopló
sur, o suroeste afortunadamente. Los caprichos del viento estuvieron a punto de
alcanzar los barrancos de Tágara Niágara al Este, con lo que habría quedado a
un tiro de piedra de los montes de Vilaflor, Adeje y Granadilla
El viento del Este entró en altura, alcanzando hasta las
estribaciones de los Pico Cabras y Pico Viejo, y no cambió hacia el Sureste,
como suele ocurrir con la entrada de las olas de calor procedentes del vecino
Continente.
El tema es muy importante en la lectura de lo ocurrido,
porque gran parte de la población del Noroeste de la Isla, que logramos
defender con un fuego que miraba para el Oeste, al final lo defendimos de
manera tangencial al viento; ¿qué hubiese ocurrido con un fuego perpendicular a
la costa, es decir, soplando ladera abajo? No olvidemos que los vientos de
ladera complican las cosas; vientos como El Mistral, El Cierzo, La Trasmontana,
son ejemplos, o lo que ocurrió con el Delta en la ladera Este de Tenerife con vientos
del Suroeste
Aquí los vecinos de la cara Norte de lo quemado parece que
no se han tomado en serio lo ocurrido, pues sólo en contadas ocasiones vemos
que se han limpiado las malezas del entorno a las viviendas; no olvidemos que
los bardos de zarzas con helecheras son aún más peligrosos que los pinos por su
capacidad para la combustión; aún estamos en una temperatura peligrosa y es
preocupante cómo se encuentran las viviendas en un amplio espacio, como se
puede apreciar desde Erjos, Ruigómez, El Tanque, San Juan del Reparo, Genovés,
La Vega, Las Abiertas y todo el resto de Icod, como lo es también, El Farrobo,
Las Rosas, Fuente del Bardo, El Andén, etc., etc.
La pérdida de la memoria no es buena, consultemos con
nuestros mayores y hagamos una lectura crítica, no olvidemos que el fuego lo
manejamos con viento, sólo unas treinta horas; puesto que el martes, a las diez
de la noche ya teníamos una tímida entrada de aire del Norte en las zonas
bajas.
Hay demasiado combustible en las proximidades de los caseríos,
hagamos un esfuerzo por superar situaciones que pueden complicar la seguridad
de nuestros vecinos. Cojamos la desbrozadora, rozadera, o merry, y miremos el
Sur de nuestras casas, bien sea Sureste con siroco, o bien Suroeste, más
húmedo, como ha sido el incendio de La Guancha en marzo del 2001, que alcanzó
hasta El Pinalete.
La lucha contra el fuego hemos de hacerla todo el año,
incluidos los días de lluvia. La mejor inversión la hemos de hacer en
prevención.
Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA
EL DIA, 30 de Septiembre 2007