EL INCENDIO FORESTAL que aún se mantiene activo en
California debe hacernos reflexionar sobre lo sucedido en Tenerife a finales de
julio. La primera conclusión que debemos tener en cuenta es que los medios
materiales, esto es, helicópteros, aviones y camiones de bomberos, son sólo
elementos auxiliares en la lucha contra el fuego y nunca resuelven los
problemas que tengamos con la naturaleza. En este caso, lo ocurrido en
California demuestra que había demasiada confianza en los medios materiales por
parte de una población que ha hecho lo que le ha venido en gana, construyendo
sus casas y chalets en medio del monte sin ninguna acción preventiva, como la
limpieza de su entorno y la disponibilidad de agua para defenderlos del fuego.
Las cifras de California asustan en todo los sentidos. No
sólo los 500 kilómetros de frente -las llamaradas han llegado hasta Méjico-,
sino los más de 6.000 bomberos, las 200.000 hectáreas quemadas, las 3.500
viviendas afectadas, el millón de personas desalojadas, e incluso la
utilización de aviones comerciales como el DC-10 para lanzar agua.
Desgraciadamente, en la tragedia que vive el país más desarrollado del mundo
hay que hacer referencia a las nueve personas fallecidas y a los más de setenta
heridos, situación que afortunadamente no se dio en nuestra isla.
¿Podemos comparar lo sucedido en Tenerife con lo que ocurre
en California? En algunos parámetros, sí. Coincidimos en el clima, en la aridez
-recordemos que en Tenerife apenas ha llovido este año- y en la ubicación de
las casas en medio del monte sin tomar medidas preventivas. Un ejemplo a seguir
es el caso de El Chova, -Cristóbal Pérez García-, al que he hecho referencia en
algunos artículos. Resulta que este señor, de 76 años, mantiene su finca limpia
de maleza en la zona de El Reventón Montiel, y en el pasado incendio de nuestra
isla, el fuego, de más de 100 km/h, no le hizo ni un arañazo. ¿Suerte? No,
conocimiento y prevención.
Todos debemos aprender de El Chova, incluidos los Estados
Unidos. Los cientos de aviones, helicópteros y medios materiales poco han
podido hacer para frenar el fuego y hasta el señor Bush ha estado pendiente de
la velocidad y dirección del viento, más que de enviar más medios a la zona. Mientras
las estrellas de Hollywood lamentan las pérdidas de sus mansiones en Malibú y
miles de californianos han visto cómo el fuego destruía sus casas, otros muchos
"chovas" han contribuido con sus tierras labradas y la limpieza del
entorno de las viviendas a que el fuego no se extendiera por numerosos puntos
poblados de la Isla. Felicitemos a los chovas anónimos que aún cuidan el campo
y las viviendas libres de maleza, mientras han ardido las millas urbanas más
caras del mundo en Malibú.
Los que piensen que se pueden colocar las casas en los
montes, en las tierras antaño cultivadas, sin cuidar su limpieza, y que sean
los bomberos, helicópteros y demás los que apaguen los fuegos, están
completamente equivocados. El principal recurso y el más barato contra el fuego
es la prevención y esa se logra teniendo limpios los entornos de las casas de
matorrales y maleza.
Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA
EL DIA, 28 de Octubre 2007