LA COYUNTURA del último incendio nos sitúa en una
lectura de lo que hasta ahora se ha ignorado sobre las tierras antaño cultivadas
y hoy abandonadas; tema éste para el que no se ha legislado en la comunidad
canaria, puesto que hasta el presente se ha visto como algo positivo el que la
masa forestal gane terreno sobre los suelos que fueron cultivados. Sin embargo,
la vegetación que prolifera en una primera etapa sobre las tierras que en
origen eran forestales y que fueron posteriormente labradas por el hombre tiene
ahora una gran capacidad para la propagación del fuego, sobre todo, al final de
los secos veranos en Canarias, como nos ocurre con las zarzas, helecheras,
espinos, etc.
Por ello, hasta que se elabore un nuevo marco legal que
trate estos problemas ambientales y agrarios en el que se delimiten
responsabilidades sobre las tierras antaño cultivadas y que hoy son los centros
más idóneos para la propagación de los incendios, tendremos que establecer en
un corto plazo una serie de criterios con los ayuntamientos respectivos y los
propietarios de las fincas para buscar alternativas que nos permitan que los
peligros de los incendios no estén básicamente en las tierras ahora balutas y
en otras épocas de pansembrar. Así, estamos celebrando reuniones con
agricultores y ayuntamientos para plantear el labrar dichas tierras y conseguir
una mayor participación de los propietarios de las mismas en el mantenimiento
de éstas con cultivos y, en consecuencia, que el próximo verano no tengamos una
amplia superficie de matorrales como centros propagadores del fuego.
De esta forma, ya nos hemos reunido en Icod El Alto con los
agricultores y representantes del ayuntamiento de Los Realejos con el objetivo
de labrar las tierras de la conflictiva zona de Los Campeches, esperando que
sea posible sembrar y plantar en esta zona cereales y frutales. En esta misma
situación, el pasado jueves nos reunimos con vecinos de San Juan de la Rambla y
Tierras de Mesa y la zona de La Tahona para hacer algo semejante, y con
anterioridad lo hicimos en Erjos con agricultores de la zona alta de El Tanque
y Los Silos, mientras que en la zona de Masca se han realizado trabajos similares.
Además, estamos participando con cuadrillas de Medio Ambiente del Cabildo en la
limpieza de zonas quemadas, esperando que ahora se puedan sembrar. Del mismo
modo, estamos pendientes de reunirnos con agricultores y los ayuntamientos de
Santiago del Teide, La Guancha, Icod de los Vinos y Garachico para la
participación en la limpieza y posible siembra, todo con el objetivo de
recuperar nuestra agricultura y prevenir, en la medida de lo posible, los
incendios.
Es en este contexto en el que entendemos que el trabajo que
realiza la cooperativa La Candelaria, con la fabricación de gofio y pan con
trigo de producción local en el mundo de los transgénicos, es una apuesta en el
plano económico y social para dar posibilidades a las futuras cosechas que obtengamos
en la zona. Y es en este mismo marco, donde el precio de las papas bonitas o
papas de color contribuyen a animar a nuestros agricultores a sembrar y
cultivar, sin que nos olvidemos de la coyuntura internacional y de los precios
de los alimentos con la revalorización de las producciones locales. Y es aquí
donde las áreas de Agricultura y Medio Ambiente se dan la mano una vez más, y
junto a los ayuntamientos y agricultores nos implicaremos en el plano económico
y burocrático para que, aprovechando las importantes lluvias de diciembre,
podamos labrar y sembrar amplias superficies del oeste tinerfeño.
Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA
EL DIA, 30 de Diciembre 2007