EL HOMBRE, desde la noche de los tiempos, ha establecido una
serie de ritos y referencias que lo asocian con la naturaleza, con la economía
y su entorno sociocultural, siendo el sol una referencia en la mayor parte de
las civilizaciones ante la energía que nos proporciona el astro rey. Así, los
solsticios de verano e invierno, 21 de junio y 21 de diciembre, son dos
referencias claves en casi todas las civilizaciones.
En las últimas décadas, las preocupaciones ambientales hacen
que se instituya como Día Mundial del Medio Ambiente el 5 de junio, fecha que
se celebra desde 1972. Esta semana coincide en Roma la reunión de la (FAO)
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y
Alimentación, tema de máxima actualidad, ya que se habían asociado los
problemas de la agricultura y el hambre a los países pobres, y, ahora, de
repente, irrumpe como un problema mundial ya que la alimentación de algo más de
seis mil millones de personas y su incremento genera muchas más dificultades
que las previstas. Por ello, en Roma hay un debate agrario energético de altos
vuelos con políticos y técnicos de más de 150 países. En este marco, el medio
ambiente y la agricultura están muy relacionados a los principales moradores
del mismo y de la actitud y comportamiento del hombre depende en gran medida la
suerte de la nave tierra.
Por ello, estas líneas pretenden vincular los temas
agroambientales y el futuro de nuestro pueblo. En primer lugar, en Roma no se
han puesto de acuerdo sobre los biocombustibles y la supuesta etiqueta
ecológica por su posible capacidad para reducir las emisiones de CO2 y las
tensiones que genera con los estómagos hambrientos del planeta. En segundo
lugar, se está poniendo de manifiesto que la agricultura es altamente
dependiente del petróleo y, en consecuencia, las cosechas abundantes basadas en
fertilizantes baratos ahora tienen problemas, no sólo en los países
industriales, sino también en economías emergentes, caso de Vietnam, segundo
exportador mundial de arroz, que obtiene hasta tres cosechas anuales en el
delta del río Mekong gracias a los fertilizantes dependientes de energías
fósiles.
En este marco, en el abastecimiento de alimentos, la
agricultura es muy frágil, ya que depende en gran medida no sólo del petróleo,
sino de pocos países con unos excedentes más aparentes que reales, que se han
volatilizado al aumentar la demanda en países que hasta ahora no habían podido
comer, como China, India y otras economías emergentes, y en las que han entrado
las demandas de alimentos para biocombustibles, creando inestabilidad en el
mercado mundial.
En Canarias hemos de entender que medio ambiente y agricultura
son una misma cosa y tendremos que tender puentes para hacer un mejor uso de
dos recursos escasos como son el agua y suelo, retomando una cultura agraria
que ha sido maltratada en los últimos años y potenciando de manera seria
nuestro agro.
Aviso a navegantes: en los últimos meses hemos descubierto
que la agricultura es un sector estratégico y que la seguridad alimenticia
mundial no está resuelta, elevando de categoría el agro y situándolo junto con
los asuntos energéticos territoriales y militares. Aquellos que soñaban que en
el mundo de la globalización ya no tendríamos que hablar de la alimentación,
que era un tema superado, se equivocaron, y ahora resulta que sí que tenemos
que hablar de la producción local y regional para evitar la dependencia, más
que producir para exportar, y que la agricultura debe utilizarse de forma
compatible con el respeto al medio ambiente. En la lucha contra el cambio
climático, la globalización no ha resuelto los problemas de la agricultura y
alimentación.
Hemos de abandonar prejuicios sobre la agricultura, que no
por ser una actividad de las más antiguas de la humanidad no ha evolucionado,
sino que, al contrario, se ha ido adaptando e incorporando todo tipo de
tecnologías que permiten una actividad económica viable y medioambientalmente
sostenible. El oficio de agricultor es una actividad digna de toda
consideración personal, profesional y social. En Canarias, como en otros tantos
puntos del planeta, la dignificación del agro en los aspectos social y económico
no es un tema resuelto. Hagamos todos los deberes.
Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA
EL DIA, 8 de Junio 2008