domingo, 23 de noviembre de 2008

De California a Canarias


EL HOMBRE y la naturaleza hace mucho que se entienden, con más o menos recursos. Cada civilización domestica la naturaleza según su cultura y sus medios. Últimamente hemos creído que nosotros podemos hacer naturaleza según nuestros intereses, y en ese debate estamos con la llamada globalización, los cambios climáticos, la alteración genética de las plantas y los animales y un largo etcétera que nos debe hacer meditar a todos.
Estos días, sin quererlo, nos hemos encontrado con un incendio en una de las zonas más ricas del planeta como es California, donde se han arrasado 17.000 hectáreas y ha habido 800 viviendas calcinadas, 11 heridos y 30.000 evacuados, por no hablar del desastre ecológico. Aquí, en Canarias, tenemos un debate sobre los planteamientos de la Ley de Medidas Urgentes y si ésta es hoy necesaria o, por el contrario, como plantean el PSOE y otros sectores supuestamente ambientalistas, es un planteamiento para especular sobre el territorio. En ese sentido, López Aguilar no quiere que se apruebe nada que suponga un avance para nuestros agricultores, ya que, por lo visto, todo lo que no hace él está mal.
Aprovecho esta ocasión para decir algunas cosas que, si bien pueden ser repetitivas con planteamientos anteriores expuestos en este mismo espacio, cada vez que doy una vuelta por el medio rural de toda Canarias, salvo Lanzarote y Fuerteventura, me obligan a insistir. Contemplo con preocupación y con mi cultura de mago cómo importantes masas de vegetación rodean casas e incluso núcleos importantes de vegetación; situación que es altamente grave al final de nuestros prolongados veranos. Por ello, las imágenes de California y el debate sobre la Ley de Medidas Urgentes son una oportunidad para este avanzado noviembre, en el que los alcaldes de Coalición Canaria en Tenerife han planteado, entre otras cosas, que la Administración más próxima a los vecinos, es decir, los ayuntamientos, con los apoyos que se consideren necesarios, limpien y mantengan en condiciones y sin vegetación al menos 500 metros en los entornos de las zonas forestales.
El pasado miércoles, la reunión de 17 alcaldes de CC en San Juan de la Rambla con el consejero de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias, Domingo Berriel, y la consejera de Planificación del Cabildo, Pino de León, así como otros destacados miembros de la Administración, nos hace que miremos a las palabras del gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, durante esta semana, donde dice que el fuego no se apaga sólo con helicópteros y aviones y donde lamenta que sus compatriotas hayan hecho mansiones rodeadas de monte a su libre albedrío, amparándose en un liberalismo económico que les permite hacer prácticamente lo que les da gana en cualquier lugar de su país sin tener en cuenta la repercusión posterior.
Es en este marco donde debemos decir que necesitamos que se impliquen todos los ayuntamientos y las administraciones en las que se incluyen, lógicamente, el área de Medio Ambiente del Cabildo y el Ministerio de Medio Ambiente, para crear condiciones sociales y económicas que hagan posible que nuestros agricultores labren las tierras porque la agricultura y la ganadería le sean rentables. En caso de que lo anterior no ocurra, tendremos que implicar a las Administraciones en la lucha para impedir los próximos incendios, labrando ahora, en época lluviosa, las tierras y eliminando el posible combustible para el verano.
En este mismo estado de cosas, la Ley de Medidas Urgentes se plantea aliviar a nuestros agricultores de una serie de barreras supuestamente conservacionistas que carga de burocracia papelera cualquier obra en el medio rural e incluso actividades tradicionales del campo, en el que supuesto planteamiento de protección de flora y fauna aburre a todo aquel que quiera acercarse al campo, aunque sea un fin de semana. Valga como ejemplo de una mala utilización de un marco legal hecho desde la ciudad, el caso del gallo de Tirajana, denunciado por una urbanita que ha ido a vivir al campo dado que le perturbaba sus horas de sueño.
El planteamiento de la nueva ley es que lo que no está prohibido, está permitido. Sin embargo, hasta ahora, con la ley vigente, lo que no está autorizado, está prohibido, con lo que la gente no puede apenas realizar labores en el campo, dándose casos de auténtico surrealismo, donde se ha multado a agricultores con cantidades millonarias por arreglar un muro de un cuarto de aperos, por levantar una pared de un cantero que se ha caído o la construcción de un estanque para riego. Ahora, la nueva ley plantea un silencio positivo. Es decir, si en cuatro meses la Administración no da una respuesta, se entiende que es positiva.
La reunión de los alcaldes de Coalición es un primer paso para avanzar y recuperar el campo. No podemos soñar con helicópteros, aviones y superhombres que apaguen los incendios; ni el mismísimo Terminator ha podido detener el fuego de California. Los incendios se apagan en invierno, haciendo labores de prevención, limpiando las zonas de medianías abandonadas y manteniendo los entornos de las casas limpios de combustible.

Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA
EL DIA, 23 de Noviembre 2008