EL PASADO domingo participé en la inauguración del
Festival Internacional de Medio Ambiente de Lanzarote, un encuentro
multidisciplinar en torno a la cultura y el medio ambiente. Intervino en la
conferencia inaugural, una intelectual y activista, Vandana Shiva, que en 1993
recibió el Premio Nobel Alternativo, impartiendo una conferencia cargada de
vivencias y reflexiones sobre el mundo rural, la naturaleza, la vida, las
semillas, lo pequeño, la familia, el feminismo, la globalización, las
multinacionales, los monopolios de los alimentos, de las ideas y del
pensamiento. En una palabra, se puede ser más libre con menos cosas, pero con
más sacrificio, compromiso y trabajo.
Vandana Shiva puso numerosos ejemplos de los campesinos de
su tierra, en la lucha contra las semillas alteradas genéticamente, los
rendimientos y las dependencias posteriores de semillas y pesticidas compradas
a las multinacionales.
Hizo algunas lecturas para reflexionar, ante un público
entusiasta y un escenario como la iglesia de Santo Domingo, de Teguise, donde
no había un solo feligrés que coja o encabe un sacho; el entorno no podía ser
más surrealista, pues la iglesia tenía una exposición sobre cometas del artista
Pepe Dámaso con un colorido propio de dicho intelectual.
LANGAIA, como festival medioambiental de Lanzarote, debe
hacer una lectura del paisaje, la cultura y la economía de la Isla , tierra que bautizó
Vandana Shiva como el desierto más colorido que conocía por su breve recorrido
por los campos cultivados por los campesinos conejeros. Campos cargados de
dificultades ambientales y económicas en que numerosos zonas de jables, antaño
cubiertas de suelos labrados, cultivados de batatas, tomates, sandías, etc.,
ahora están cubiertas de aulaga y abandono.
Por otro lado, la zona de enarenados y cultivos de cebollas
están, en muchos casos, esperando por el rofe o picón que barrió la tormenta
tropical "Delta" hace dos años y parece que este año la institución
insular no tiene el tradicional semillero de cebollino. El campo y la sabia
cultura rural de los conejeros, que lograban conseguir cosecha con las lluvias
propias de un desierto que supo integrar sabiamente Vandana Shiva en una
referencia a la cultura y la sabiduría de los pueblos, transmitida por los
abuelos, se ha devaluado y nuestros jóvenes apenas tienen referencia de estos.
La nueva religión de la tecnología está destruyendo
importantes herramientas para mirar hacia el futuro. Los niños de hoy apenas
conectan con los abuelos y su instrucción y sueños vienen del mundo que criticó
duramente la intelectual indostánica en el marco maravilloso de la iglesia de
Santo Domingo, de Teguise; en una Isla que tiene más de 10.000 parados, donde
el campo y el medio ambiente tienen que ser mucho más que abstracciones
intelectuales que tenemos que conectar con la sabiduría de los abuelos, hoy
marginados, ya que no sólo importamos alimentos, sino, lo que es peor, ideas y
modas de los otros, como bien planteó Vandana en su discurso contra la
globalización que empobrece pueblos e ideas. Aún estamos a tiempo de rescatar
un patrimonio cultural enterrado entre cemento y ordenadores.
Espero que el próximo encuentro ambiental de Lanzarote
incorpore un patrimonio intelectual y una sabiduría agroambiental de
extraordinario valor de unos hombres y mujeres que saben cómo hacer útil el
salado jable que entra por la playa de Famara y que distribuye el alisio por
media Isla, y de los agricultores que saben domesticar para cultivar sobre el
mismo, o bien el papel de rofe y los cultivos. No digamos los logros conseguidos
con las semillas al incorporarlas al clima de la Isla , plantas de demandas
hídricas y térmicas muy distintas de las condiciones de Lanzarote.
La conferencia de Vandana sobre ideas y recursos sobre la
diversidad frente al miedo, el valor de lo pequeño, de lo local frente a la
globalización, o lo que llamó "la dictadura de Wall Street", que no
da seguridad, no presenta las parábolas de Jesús cuando habla del buen
sembrador, cuando la semilla cae sobre piedras y cuando cae sobre tierra
fértil. Me temo que las palabras de Vandana Shiva y otras muchas ideas que
pueden sembrar ilusión y futuro continúan cayendo sobre un malpaís.
Los tiempos deben obligarnos a una lectura con cariño y
respeto del pasado, de lo pequeño, de lo local. El tiempo de crisis también
puede ser el tiempo de oportunidades, en el que la creatividad, el trabajo y el
compromiso pueden ser la base del futuro; en la que el conocimiento local ha
sido erosionado por las modas y los alimentos de importación; en el que a las
crisis ambiental, económica y social hemos de darle alternativas en lo que
Vandana Shiva llama tiempo de crisis como tiempo de oportunidades.
Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA
EL DIA, 16 de Noviembre 2008